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El Pelé blanco
Arthur Antunes Coimbra, mejor conocido como Zico, es una de las figuras más icónicas en la historia del fútbol. Apodado el “Pelé blanco”, Zico deslumbró a los aficionados con su brillantez técnica, visión de juego y capacidad goleadora. Su carrera, que abarcó décadas y continentes, está llena de momentos inolvidables, pero ninguno más emblemático que su actuación en el triunfo de Flamengo sobre Liverpool en la Copa Intercontinental de 1981.
La era dorada de Flamengo
El viaje de Zico comenzó en Flamengo, donde debutó como profesional en 1971. El club se convirtió en sinónimo de su nombre mientras lideraba al equipo durante su período más glorioso. A finales de los años 70 y principios de los 80, Flamengo dominó el fútbol brasileño, ganando cuatro títulos nacionales (1980, 1982, 1983 y 1987) bajo la dirección de Zico. Su mayor logro llegó en 1981 cuando Flamengo ganó la Copa Libertadores, derrotando al Cobreloa de Chile en la final. Zico anotó dos goles en el partido decisivo, consolidándose como un héroe para los aficionados del club.
Ese mismo año, Flamengo enfrentó al campeón europeo Liverpool en la final de la Copa Intercontinental. El partido fue un choque de titanes: lo mejor de Sudamérica contra lo mejor de Europa. Zico orquestó una actuación magistral, asistiendo los tres goles en la sorprendente victoria por 3-0 de Flamengo. Su capacidad para dictar el juego y desmantelar la defensa del Liverpool le valió reconocimiento mundial. Este partido sigue siendo una de las actuaciones individuales más grandes en la historia del fútbol de clubes.
La aventura europea
En 1983, Zico se aventuró a Europa para unirse al Udinese en la Serie A italiana. Aunque muchos se sorprendieron por su elección de unirse a un club de nivel medio en lugar de uno grande europeo, Zico demostró su valía inmediatamente. En su primera temporada, anotó 19 goles y terminó segundo en la tabla de goleadores detrás de Michel Platini. Sus tiros libres y su habilidad como creador de juego deslumbraron a los aficionados italianos, mostrando que podía brillar en cualquier escenario.
A pesar de las lesiones y los problemas financieros que limitaron su tiempo en Udinese a dos temporadas, Zico regresó a Flamengo en 1985 y continuó brillando. Superó una grave lesión de rodilla para liderar al equipo hacia otro título en 1987 antes de retirarse del fútbol brasileño en 1989.

Brillantez internacional y desilusión
Zico representó a Brasil entre 1976 y 1986, anotando un impresionante total de 48 goles en 71 partidos. Su carrera internacional estuvo marcada por momentos brillantes pero también por desilusiones. El Mundial FIFA de 1982 estaba destinado a ser su momento cumbre. Ese equipo brasileño—con jugadores como Sócrates, Falcão y Éder—es considerado uno de los mejores equipos que nunca ganó el torneo. Zico anotó cuatro goles y deslumbró con su creatividad y habilidad.
Sin embargo, la campaña brasileña terminó prematuramente con una sorprendente derrota ante Italia en la segunda ronda. El hat-trick de Paolo Rossi selló una dramática victoria por 3-2 para Italia, dejando devastados a los aficionados brasileños. Las lesiones limitaron el impacto de Zico en el Mundial FIFA de 1986, donde Brasil fue eliminado tras perder por penales contra Francia en los cuartos de final. A pesar de estos contratiempos, Zico sigue siendo uno de los mejores jugadores brasileños que nunca ganó un Mundial.
Legado más allá de Brasil
Después de retirarse del Flamengo, Zico continuó su carrera con Kashima Antlers en Japón entre 1991 y 1994. Su influencia se extendió más allá del campo; ayudó a establecer a Kashima como uno de los clubes principales durante el lanzamiento de la J.League. Los aficionados japoneses lo apodaron sakkā no kamisama (“Dios del fútbol”), honrando su profesionalismo y dedicación.
Zico también contribuyó significativamente fuera del campo como entrenador y embajador del desarrollo futbolístico mundial. Dirigió clubes como Fenerbahçe y FC Goa mientras servía como entrenador del equipo nacional japonés durante su ascenso internacional.
Honores y logros
Los reconocimientos de Zico son numerosos:
• Títulos con clubes – Cuatro títulos nacionales brasileños (Flamengo), Copa Libertadores (1981), Copa Intercontinental (1981), J.League Suntory Series (Kashima Antlers).
• Premios individuales – Futbolista sudamericano del año (1977, 1981, 1982), Bota de Bronce del Mundial FIFA (1982), Jugador del Año en la Serie A (1984), Golden Foot Legends Award (2006).
• Récords – Máximo goleador en la historia del Flamengo (508 goles), máximo goleador en el Estadio Maracanã (333 goles).
El eterno número diez
Zico personificó el rol clásico del número diez—un mediocampista creativo capaz de controlar partidos con su visión mientras anotaba prolíficamente él mismo. Su maestría en tiros libres sigue siendo legendaria; pocos jugadores han igualado su precisión desde las jugadas a balón parado. Pelé comentó una vez que Zico era “el único que se parece a mi estilo,” subrayando su grandeza.
Aunque nunca levantó un trofeo mundialista, el legado de Zico trasciende títulos. Inspiró generaciones con su elegancia dentro del campo y dedicación fuera del mismo. Para los aficionados del Flamengo y amantes del fútbol alrededor del mundo, sigue siendo un símbolo eterno del juego bonito.

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